Cargar un móvil de forma inalámbrica ya es posible. Basta con colocar un teléfono compatible en la estación de carga y automáticamente rellenará su batería sin necesidad de conectar ningún cable. Nada nuevo bajo el sol.
Ahora bien, ¿qué me dirías si en lugar de colocar el móvil en su estación de carga pudieras cargar el dispositivo a distancia, mientras lo llevas en el bolsillo? Estamos hablando de una tecnología que aun está en desarrollo, pero que podría llegar a nuestras manos más pronto que tarde.
De hecho, el reciente estudio realizado por el Departamento de Electrónica y Nanoingeniería de la Universidad de Aalto en Finlandia publicado el pasado 20 de julio, aclara que estamos ante una realidad de lo más plausible.
Este nuevo sistema soluciona el gran problema que había con la carga inalámbrica de dispositivos
Según relatan los autores de este paper encabezado por Nam Havan y C.R. Simovski, el mayor problema que presenta la tecnología de carga inalámbrica de los móviles actuales, es que en distancias cortas puede mantener una alta transferencia energética del orden del 80% al 90%, pero en distancias más grandes la eficiencia cae en picado.
Esta pérdida de eficiencia es debido a la radiación que generan las bobinas de las antenas de transmisión y recepción, creando un “efecto parásito” que reduce la transmisión energética. Ante esta problemática, los autores del estudio han desarrollado una nueva teoría dinámica para transferir energía entre dos pequeñas antenas que se encuentran a gran distancia. Todo ello manteniendo la eficiencia a unos niveles aceptables gracias al régimen de supresión de radiación, que es el responsable de permitir la transmisión y recepción de energía mediante interacciones mutuas optimizadas.
Estas dos antenas denominadas antenas de cuadro o «loop antennas», cuentan con un diseño circular y presentan una anchura de 7,2 centímetros. Al ajustar la corriente en estas antenas circulares, los científicos pudieron reducir la resistencia a la radiación manteniendo la eficiencia de energía a un más que aceptable 80% a una distancia de 18 centímetros.
Dejando los tecnicismos de lado, las simulaciones realizadas parece que han validado los resultados analíticos del estudio, por lo que todo será cuestión de esperar a que empiecen las primeras pruebas prácticas para ver hasta dónde pueden llegar con esta nueva tecnología, que, tal y como aclaran desde la Universidad de Aalto, también se puede aplicar a la transferencia de energía entre nano-objetos.
Normalmente la implantación de nuevos sistemas y modelos de hardware suelen tardan años en implementarse, pero la carga de los dispositivos electrónicos es un ámbito de interés clave para todas las grandes compañías tecnológicas, por lo que fácilmente podríamos ver avances antes de tiempo en este sentido, quizá en uno o dos años si las pruebas evolucionan satisfactoriamente.
Si todo va bien, dentro de unos años ya no tendrás que estar pendiente de conectar tu móvil, tu cámara digital o tu tablet a la estación de carga. En un futuro ideal, bastará con que todos esos dispositivos se encuentren en la misma habitación para que se carguen solos automáticamente.