La escasez de estudiantes en carreras STEM podría frenar el avance científico y tecnológico en el mundo.
Mucho se ha hablado de la formación en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), y no es para menos, datos del Labor Departament de los Estados Unidos señalan que para el año 2029 habrá cerca de 3.2 millones de puestos de trabajo relacionados con estas áreas, sin embargo, no todo es color rosa, también se ha analizado que la cantidad de estudiantes que se matriculan a estas carreras viene disminuyendo.
Esta disminución del interés en los jóvenes para que estudien estas carreras puede traer diferentes consecuencias negativas a nivel individual y social. Por ejemplo, a nivel personal, la falta de estudios en estas áreas puede influir en el acceso a oportunidades laborales, ya que cada vez más sectores requieren profesionales creativos e innovadores, con capacidad en resolución de conflictos, pensamiento crítico, investigativos, adaptables al cambio; habilidades esenciales que se desarrollan en un entorno académico y profesional propias de las carreras STEM.
A un nivel más amplio, la capacidad de innovación y competitividad de un país se puede ver afectado con la ausencia de estudiantes de estas disciplinas ya que las industrias dependen en gran medida de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, por lo tanto, se podría ver un panorama en el cual haya escasez de talento calificado, ralentizando así el avance tecnológico y científico. Esto, de igual manera afecta a la economía ya que la innovación es un factor clave que tiene repercusiones directas en el crecimiento económico y la resolución de problemas globales como es el caso de la afectación del medio ambiente, situación que llama la atención de ingenieros que buscan soluciones para ser amigables con la naturaleza.
Entonces, ¿la sociedad y la industria cómo se pueden preparar ante este eventual escenario en el cual puede haber escasez de estudiantes en carreras STEM? La solución puede ser aparentemente sencilla: fomentar en los jóvenes el interés por estudiar carreras de estas áreas.
Pero esto requiere de estrategias que vayan más allá del aula de clases tradicional, una de las formas más efectivas es integrar actividades prácticas en el plan de clases, así se le permite a los estudiantes interactuar directamente con los conceptos científicos y tecnológicos.
Adicionalmente, los laboratorios de prácticas, competencias de robótica, y ferias, son ejemplos que pueden despertar la curiosidad de los estudiantes. En este punto es vital incorporar el uso de herramientas tecnológicas y métodos de enseñanza modernos donde el profesor asuma un rol de mediador y no de dictar una cátedra porque esto podría repercutir en un ambiente de aprendizaje que no le genere entusiasmo a los jóvenes.
Otra estrategia que puede funcionar para motivar a las nuevas generaciones a que estudien ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, es proporcionar modelos y mentores a seguir por parte de los estudiantes, esto despierta la motivación ya que pueden ver ejemplos reales de profesionales exitosos que han recorrido el camino y cuentan con la experiencia que ellos como estudiantes están considerando.
Pero, ¿cómo están actualmente los estudiantes en matemáticas y ciencias? Para ello es necesario irse a los resultados de las también mencionadas pruebas PISA, cuyos resultados fueron difundidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y revelaron el preocupante bajo desempeño de los alumnos en América Latina en lectura, matemática y ciencia. Los resultados mostraron que ninguno de los trece países participantes logró superar la media de las naciones más avanzadas, incluso la mayoría se situó en la parte baja de la tabla de resultados.
Ante este escenario, la solución educativa Ticmas, se sumó con GDFE (Grupo de Fundaciones y Empresas) para contribuir con sus capacidades tecnológicas y la expertise de sus profesionales y así contribuir en el cierre de la brecha de conocimientos y potenciar las habilidades en STEM de los jóvenes para que así se pueda intentar dar vuelta a los desalentadores resultados que dejaron las pruebas PISA en la región.
Diego Pasjalidis, Head de Ticmas Academy, el área de educación superior de Ticmas, señaló que: “Cada estudiante es único y requiere tiempos y medios distintos para asimilar un concepto. Por eso creamos una plataforma de nivelación complementaria para que los jóvenes que cursan los últimos años del nivel secundario o están ingresando a la universidad repasen, refuercen o aprendan ciencias, matemáticas y habilidades de comprensión lectora, esenciales para su desempeño académico y para su vida en general. Es una forma de brindarles un ‘profesor de apoyo’ que los acompañará durante todo el año”.
Adicionalmente, el Head de Ticmas señaló que “el resultado de las pruebas PISA permite anticipar hoy cómo será el desempeño de una empresa, comunidad o país en los próximos años, por eso tomamos a este indicador como brújula para nuestro proyecto”.
Finalmente, la iniciativa de Ticmas, que dio su primer paso en Argentina, buscará replicarse en Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana y Uruguay, sumando el apoyo de empresas, gobiernos y universidades.