En los últimos años, las formaciones intensivas y muy prácticas han llegado pisando fuerte al sector IT, ya que las empresas necesitan empleados con habilidades concretas y conocimientos que vayan un paso más allá de la teoría.
Para dar respuesta a esta demanda, nacieron los bootcamps, que actualmente triunfan en el mundo tecnológico.
¿Qué es un bootcamp y cuál es su origen?
El término bootcamp proviene del mundo militar y se traduce como campo de entrenamiento. Hace referencia a los entrenamientos del ejército en los que se busca desarrollar el estado físico de forma intensa en poco tiempo. Este concepto se ha adaptado al ámbito del conocimiento para los cursos que siguen esa misma disciplina: profundización y rapidez.
Por tanto, un bootcamp es una formación intensiva que se da en un periodo de tiempo corto. Tienen como objetivo formar a sus alumnos de forma muy completa y exhaustiva para convertirlos en profesionales, por lo que son módulos que requieren un alto nivel de compromiso y muchas horas de dedicación para sacarlos adelante.
El origen del uso de esta expresión con este sentido se encuentra en Estados Unidos. Con diferencia de apenas unos meses entre unos y otros, en 2012 surgieron las primeras formaciones especializadas e intensivas enfocadas en la tecnología con una duración de dos a tres meses.
Chicago, San Francisco y Nueva York fueron la cuna de los primeros bootcamps denominados como tal. Estos tres proyectos coincidían en sus objetivos: formar a sus alumnos en periodos muy breves de tiempo en los conocimientos y habilidades que se requerían en el mundo laboral para crear perfiles competitivos listos para entrar en el mercado.
En apenas una década, los bootcamps se han constituido como un tipo de formación en auge que no hace más que crecer gracias a su metodología, centrada en preparar a los estudiantes para el trabajo real de forma muy práctica. La mayor parte de ellos se imparten en Estados Unidos (donde incluso grandes universidades, como Columbia, que pertenece a la ivy league, o el MIT, han incluido los bootcamps entre sus formaciones) y Canadá. Aun así, hoy en día ya se han extendido por todo el mundo.
¿Cuáles son las características de un bootcamp?
Estos cursos intensivos y especializados se enfocan en enseñar herramientas concretas de forma muy exhaustiva y práctica para tener, en pocos meses, profesionales que den respuesta a las necesidades del mundo laboral. Es decir, la clave de los bootcamps es que se centran en otorgar a los alumnos las habilidades que necesitan las empresas.
Su gran acogida inicial se dio en el área de desarrollo de software. El principal motivo fue la enorme demanda no atendida de profesionales en un sector meritocrático, dado que se contrata a las personas que realmente saben hacer lo que necesitan las empresas, al margen de las titulaciones universitarias. Además, es un campo especialmente bien remunerado, lo que justifica la inversión en un aprendizaje de calidad que forme a los alumnos con visión de futuro.
A diferencia de las formaciones universitarias tradicionales, los bootcamps luchan por mantenerse al día en la constante evolución del sector tecnológico, por lo que son una gran opción para obtener un perfil profesional actualizado.
Además, en lugar de tocar una amplia variedad de ramas, como sucede en los estudios reglados, se centran en formar profesionales para puestos específicos, lo que también contribuye a la empleabilidad.
Los profesores que los imparten suelen ser profesionales en activo dentro de su área de enseñanza, por lo que van más allá de la teoría y los perfiles académicos. Conocen de primera mano cuáles son las herramientas más empleadas en el mundo laboral y las habilidades que se valoran en el mismo, porque trabajan cómo profesionales diariamente en ello.
Dado el enfoque centrado en la empleabilidad, los buenos bootcamps, además de profesionales activos como profesores, también cuentan con servicios de bolsa de empleo para apoyar a sus alumnos en el proceso de búsqueda una vez finalizan los estudios. Estos servicios van desde la simple publicación de ofertas o eventos de demo day hasta servicios personalizados y muy completos de coaching, mentoría, entrenamiento para entrevistas, eventos de networking con empresas…
Por lo tanto, los bootcamps crean profesionales listos para entrar en el mundo laboral con un currículum práctico, formación emocional y competencias que dan solución a las demandas más inmediatas de las empresas.
¿A quién está orientado?
Los bootcamps se orientan tanto a profesionales que quieran reinventarse laboralmente (reciclarse y actualizarse dentro del propio sector tecnológico o, directamente, cambiar de sector laboral) como a aquellos que quieren entrar en él por primera vez.
Al tratarse de formaciones especializadas y muy prácticas, algunos bootcamps exigen tener conocimientos básicos sobre programación, como podría ser dominar lenguajes específicos, tales como Python o JavaScript. A pesar de esto, no se necesita ningún estudio certificado previo. Además, también hay bootcamps que enseñan dichas bases para, a partir de ahí, continuar creciendo en el sector.
Lo principal para cursar un bootcamp es tener una alta capacidad de trabajo y de compromiso. Como ya hemos mencionado, se concentra una gran cantidad de conocimiento detallado, tanto teórico como práctico, en muy poco tiempo, por lo que estas formaciones requieren mucha dedicación, esfuerzo, práctica y, sobre todo, ganas de aprender.
El programa más común es para formar Full Stack Delevopers, en los que se profundiza tanto en el frontend como en el backend, esto es, lo que se ve y no se ve de una página web. Aunque también hay programas para formar en Big Data, Desarrollo de Apps Móviles, Ciberseguridad, Cloud & Devops…